Por los pueblos originarios de Latinoamérica


Por Olivier Herrera Marín (España)

Estimados Hermanos/as de la Araucanía:

Mi cuerpo está a 14 mil Kilómetros de distancia, pero mi verbo, mi espíritu, vuela rompiendo todas las cadenas y ataduras físicas para llegar a vosotros, daros un abrazo y un beso y empezar a recorrer codo a codo, mano a mano, las anchas y verdes alamedas de Santiago, el largo, pero legítimo e imparable camino, de la restitución histórica en todos sus derechos y sus tierras ancestrales a los Araucanos y a todos los Pueblos Originarios.
La Restitución de sus tierras, y allí donde ello, ya no sea posible por razones bien fundadas y de peso, darles una compensación moral y económica, por todo cuanto se les robo -en su día- con la LEY del Imperio, la cruz y la espada. La restitución de sus tierras y sus derechos sería un buen paso, para luego abandonar las malas ideas y malas artes, las maniobras legales e ilegales, para ver si se les puede seguir robando –hoy- a los mapuches y al pueblo chileno, mediante los señuelos del desarrollo y de los puestos de trabajo, todo ello aderezado con el burdo chantaje del hambre y de la violencia, hasta llegar, aún hoy, si es preciso, a los más abyectos e inconfesables crímenes. Los crímenes inmunes del Terrorismo de Estado, contra los hijos más conscientes del Pueblo. Los crímenes cometidos contra quienes dan hasta el amor y la vida luchando por evitar la destrucción y la muerte de la madre naturaleza, de la Tierra. Los crímenes encubiertos -cuando no alentados- por sus muy incultas Eminencias, Dignísimas e Ilustrísimas Señorías y demás Próceres de la Madre Patria mal vendida, a la mayor gloria y fortuna de las Multinacionales, que están expoliando y destruyendo Chile, a marchas aceleradas.
Hoy, una vez más siento vergüenza ajena, cuando me entero por la RED que la policía Chilena, a las órdenes del Gobierno de Concertación presidido por Michelle Bachelet ¿SOCIALISTA??? ha disparado desde sus helicópteros con fuego real y ha herido de bala a tres estudiantes mapuches de 15 años que reclamaban pacíficamente las tierras de sus ancestros, la mayoría de ellas, usurpadas violentamente por los “perros” al servicio de la Corona y los prebostes de la “Santa Madre Iglesia” que se acogieron al derecho de pernada y de conquista durante el largo, triste e infame período de la ocupación militar de Chile por los hijos de la España Imperial. La España sucia e inculta de alta cuna que se levantaba con el toque de las campanas y el olor a letrinas de las sacristías, y se acostaba con la cruz en la cabecera y la espada en la entrepierna, oliendo a cera quemada, a puercos, cuernos quemados y leche agria de macho cabrío, la España; católica, apostólica y romana de la “Santa Inquisición”, la de los Austria y de los Borbones, los padres e hijos, los forjadores de la España Una, Grande y… que en cuanto a saqueos y violaciones, crímenes y genocidios se refiere, fueron en México, Perú, Argentina y Chile, en … toda Latinoamérica eficientes precursores y maestros de sus fieles y aventajados alumnos, los hijos de la Gran Bretaña, en América del Norte y en Latinoamérica.
Nada de cuanto hoy ocurre en Latinoamérica, en Chile y en la Araucanía puede dejar indiferente a ningún ser humano, a ninguna persona decente; de Chile, Latinoamérica o España, que nadie con un mínimo de cultura, de conciencia y vergüenza, puede mirar para otro lado y lavarse las manos. Que el Poeta del Mundo, sangra por la herida de sus hermanos/as mapuches, siente vuestro dolor y vuestra pena, y vuelve a levantar la mejor y la única arma que tiene, la que cruza el Atlántico, la Amazonía y los Andes para llegar con un mensaje de amor dónde no llega el odio ni los misiles intercontinentales. El arma del verbo hecho Amor, Luz y Vida, la palabra pura que sobrevive a todas las guerras y nos humaniza. Y el Poeta siente la necesidad de volver a escribir, de volver a escribir sobre lo ya escrito, durante estos días aciagos del mes de julio de 2009, en el que se nos acumulan las malas noticias, que provienen de Perú y la masacre de la Amazonía, del Golpe de Estado en Honduras, del pueblo Mapuche, los hijos más dignos y heroicos de la Araucanía, al sur del Sur, en Chile.
Con un cálido y fuerte abrazo del cuerpo y un beso del alma a la luz de la Media Luna.

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